Nosotros no somos los monjes; sin embargo, los apoyamos en sus acciones.
Las dinámicas son constantes que se obtienen, luego de observar las puntualidades.
En el caso de los monjes TUPYARA y su acción de intervención fluídica, es necesario recalcar que: hay dos puntualidades potentes y que son las que se entremezclan para dar el resultado esperado.
Por una parte, se ha de determinar quien o quienes son los que llaman a los monjes, fijar su grado de fe y actuar en el proceso con la seguridad que: lo que acontece es coordinado por un orden superior –en términos espirituales- al nuestro.
Lo segundo, es el factor de acción con el que se ha de proceder en cuanto a la dieta señalada y la ingesta de agua filtrada; la cual es el canal por excelencia que se utiliza para concentrar comandos con los que debería reaccionar el cuerpo que la recibe.
Sugerimos que vuelva a enviar la carta para coordinar una nueva visita -si en el primer envío no obtuvo respuesta-. Nosotros no reemplazamos, bajo ningún término, las acciones de los monjes TUPYARA, pero reconocemos que podemos asimilar sus actos para con las urgencias que se presentan y dar el tiempo, suficiente ante la necesidad de las personas por ser visitadas y ayudadas por estos monjes espiritistas.
Considere, entonces, quién o quienes son los que están necesitados de la mejoría del individuo. Quién o quienes son los que han realizado los movimientos, para que la persona reciba la cura necesaria y los que han procedido con esperanza en búsqueda de un resultado positivo.
Si la persona está en el ciclo natural de su vida, el proceso que están buscando no dará el resultado que se anhela. Sin embargo, si el individuo tiene el tiempo para obrar acá, ese se le concederá y los actos coordinados para mejorarse acontecerán.
Se ha de cambiar la dieta como lo sugieren los monjes.
En un momento puntal de la jornada –entre las 22.00 y 0:00 horas para que luego comience su descanso y vigilia-, deben tener al individuo con ropas blancas y sábanas del mismo color. Al lado, una mesa con paños o manteles blancos y sobre ella el elemento fluídico en receptáculos.
Tomen agua y logren que esta se filtre hasta un estado lo más puro que se pueda conseguir y viértanla en un recipiente transparente. Además de poner un vaso de agua con el mismo contenido.
La carta de los monjes sugiere orar por el médico tratante, a Jesús Cristo y a su madre María la Virgen. Nosotros somos católicos y el mantra (oración) por excelencia es El Padre Nuestro y lo sugerimos sin mediar cuestionamiento.
Todo esto debe ser hecho por más de una persona –potente sería con la fe de la persona que se tratará, recordando que está débil por su estado físico- y se ha de dirigir toda la vocalización hacia el agua que está en el recipiente y el vaso.
Luego, el individuo afectado debe tomar el agua del vaso y verbalizarla antes de ingerirla. Puede decir cualquier frase en positivo para que ayude a su eventual mejoría. Sugerimos decir con firmeza al vaso: “dese mañana 33 veces mejor”.
Recuerde que esta dinámica es para sostener al individuo mientras llegan los monjes y concretan la visita. También, se ha de estar consciente que si la afección es avanzada los procesos no pueden ser revertidos, pero si detenidos. Aquello sin duda sucede..
Esperamos que puedan hacer lo indicado y vuelvan a mandar la carta a los monjes, ellos son los únicos que tiene la capacidad de sanación y nosotros hemos querido aportar con lo que reconocemos como acciones fijas en el proceso.
Reciban un cordial saludo
Atte.
HSQO
CIO ij
